Autor. Idelfonzo Poncho Dávila.
Maestro usted que puede, anda que puede
Démele alcance a mi prosa,
Y acompáñeme en el arpa,
Con bordones que emocionan,
Registre bien el cuerdero,
No importa que se le rompa
Igual yo le cantare,
Se lo prometo, mi muchachita preciosa,
Desde que te conocí,
Ando pensando en tu boca,
Sigo esperado la hora,
Atiéndeme niña hermosa,
Engrandecerás mi ser
Anda mi ser, catirita cautelosa,
Nunca das un paso en falso,
Y eso es lo que me provoca,
Eres soberbia y altiva,
Luna llena y orgullosa,
Manantial de agua dulcita,
Inmenso cielo con estrellas numerosas,
Eres flor de la montaña,
Diminuta y olorosa,
Eres tu linda princesa,
Acéptame dama hermosa.
Desde que te conocí,
Linda princesa, te convertiste en mi Diosa,
Eres parte de un tesoro,
Eres mi prenda preciosa,
Brindo por ti en esta noche
Sin aceptar mí derrota,
Quiero morir en la lucha
Las consecuencias,
Por Dios que a mí no me importan,
Solo importa tu cariño,
Mi muchachita malosa,
Juro que yo te conquisto
Dale por hecho preciosa,
Muros yo derrumbare,
Si me retaran mi florecita preciosa,
Yo no sé si soy un necio,
Al expresar estas notas,
Usted sabe que yo soy loco
Y eso a mí nada me importa,
Si he soportado estos años,
Que para mí se han convertido en mi sombra
Desde que te conocí,
Mirarte es lo que me provoca,
Seguiré esperando el día
Como espera el día la sombra.
Fíjate en estos versos,
Anda estos versos que el tiempo es lo que soportan,
Me levanto tempranito
Y en mi mente se desbocan,
Tu imagen y tu silueta
Y buscarte me provoca,
Tus padres saben todo esto,
Y hasta se ríen
De mi propuesta amorosa,
Dicen que usted no me para
Porque soy muy poca cosa,
Cuando te lleve con migo,
Tendrán que cerrar la boca,
Bienvenido sea el despecho
Anda el despecho cuando el amor lo provoca,
Cuando me mata un guayabo
Yo digo frases muy cortas,
Por ejemplo diré algunas,
Mi niña preciosa,
Eres un jardín de rosa
Mi reina bella
Eres la imagen e Diosa,
No huyas ángel del cielo,
Este esclavo en ti reposa,
Dulzura alma y cariño,
Comete es lo que provoca.