Un día me gritaste que yo,
No te amaba,
Que siempre fui malo,
Que no te merezco,
Que soy un objeto,
Que no vale nada,
Porque hay muchos labios
Que esperan tus besos,
También, mil sabanas
Que esperan tu invierno. (BIS)
Miramos los recuerdos
Sobre las aguas del caño,
El amor nos hizo daño
Como la espina al camino,
Mi sabana sintió frio
Con las quemadas de enero,
Y a media noche un lucero,
Me recordó tu cariño,
Se empujaban los pecados
Queriendo hallar el quebranto,
Y el perfume del mastranto
Se confundió con la brisa,
La tarde triste y plomiza
Se desplomo con mi llanto,
Y yo que la quería tanto
Le eche un lazo a su sonrisa.
Decían que era un loco
Que no te di nada,
Que tú eras malvada,
Traidora y perdida,
El amor sufría y el alma lloraba,
Y en cada palabra
Venia una mentira,
Teñida de sangre,
Desprecio y de ira. (BIS)
Y cubrimos los pecados
Entre la arena del rio,
Donde una vez escribimos
El nombre mío con el tuyo,
El murmullo del silencio
Le puso precio a la vida,
Esa humilde campesina,
Que fue mi amiga en silencio,
Y está llorando el estero
Porque el invierno termina,
Y vuela la golondrina
Buscando brisa en la playa,
Mi llanura en las distancias
Se va perdiendo a lo lejos,
Y yo enlace con mi rejo
El verbo de mi nostalgia.