Por aquí vengo compadre con el corazón golpeado,
El ánimo bajitico, bastante desanimado,
Hoy descubrí que en la casa me agarran el maíz salteado,
Conseguí a mi mujer, con el hierro cachapeado,
No voy a discriminarla por esto que me ha pasado,
Sería que le provoco, comerse un nuevo bocado,
Por mi vergüenza de hombre, debo buscar pa otro lado,
Aunque sé que este guayabo, me va a cargar atropellado,
Aunque no soy el primero que una mujer lo ha dejado,
Ni es segundo ni el tercero, que los cachos le han montado,
Pasar un tiempo con guayabo no me tiene preocupado,
Guayabo no mata gente eso ya está comprobado,
Si los guayabos mataran, tuviera el mundo acabado,
Y el cementerio llenito de muertos enguayabados.
No me estén mamando gallo por esto que he comentado,
Que los cachos forman parte de un mundo modernizado,
Y aquí están llevando cacho hasta los más avispados,
Mujer que descubra yo, que otro me le hace el mandado,
Con esa no sigo yo, ni con las patas amarrado,
Que me sopeteen el plato, eso nunca me ha gustado,
Prefiero andar en la vida, mirando ¿¿___??
Y no quedarme en la casa, como el aguanta cayado,
Pa que la gente me diga, mira donde va el venado,
Y se me mire más cacho que un rebaño de ganado,
Mujer cuando lo va a dar, ni que le ponga un candado,
Unos 5 guarda espaldas, atrás de la puerta armado,
Porque hay un refrán muy viejo, que yo bastante he escuchado,
Las cosas no son del dueño, si no del necesitado.