De transitar en la vida,
Yo construir una repisa,
Con genuino acotamiento
Sus dimensiones precisas,
Que me otorgo la constancia,
Poniéndole hasta cornisa.
Utilicé un material
Idóneo que garantiza,
Su nivel en todas partes
Ese que la estabiliza,
Haciendo reflexionar
Y también sensibiliza.
La hice con la intención,
De colocar mis premisas,
Productos y resultados
Que mis andanzas divisan,
Propias de la vida mía,
Mi trayectoria descrita
Y así las fui colocando,
Grandes, medianas y chicas.
Por un lado, puse tristezas,
Por otro puse sonrisas,
En su pate superior,
Tengo fragancias distintas,
De optimismo y esperanza,
Que a mi ser aromatizan,
Amores y desengaños están,
Pero no cerquita,
Los éxitos y fracasos,
En posiciones distintas,
Entre lápices y papeles,
Mi espíritu folclorista,
Una gente encantadora,
Que recuerda y no critica,
Un reloj de sentimientos,
Que con amor me palpita,
Un teléfono con saldo,
De reflexiones puritas,
De valores que aprendí,
Tengo allí una lamparita,
Accesorios de mi vida,
Que los coloqué encimita,
Un peine de humanidad
Y un cepillo que me dice,
En su centro le mantengo
Un espejo revista,
Toditas mis actuaciones,
Que mi conducta realiza,
Y así mismo coloqué,
A mi familia enterita
Con el todo poderoso,
Y su palabra bendita,
Y en un ladito le puse
Los triunfos que tengo ahorita.
De cabalgar en la vida,
La llevo como reliquia,
Paradigma principal,
Como ordenadas accisas,
Que, a través de las vivencias,
A mi orientación matiza.
Espacio propio del alma,
Que todo ser necesita,
Me transfiere aprendizaje,
Como función que decida,
Para que así los errores,
Cometidos no repita.
Cada sitio y cada punto,
Lo marca y lo específica,
Con minucioso trabajo,
Y un orden que la edifica,
Dejando que sus detalles,
Se aprecien a simple vista,
Y así los pueda tomar,
Con seguridad prescrita,
Desechando notas malas,
Y que las buenas persistan,
Con el cuatro de mi amor,
Colgado en una esquinita,
Las maracas del perdón
Están muy apareaditas,
Con el arpa de humildad
Sencilla y afinadita,
Tengo reconocimientos,
Marcados en esas pistas,
Medallas, placas, trofeos,
Que de respeto meditan,
De sombrero de cautela,
En su parte más bajita,
Un mandador de paciencia,
Recostado en la orillita,
Y un pañuelo de cariño
Que va brindando caricias,
Para así des empolvarlas,
Cada vez que lo ameritan,
Todos los seres humanos
Tenemos esa conquista,
Según el comportamiento,
Las acciones multiplican,
Uno se las comen verdes
Y otros comen maduritas,
La vanidad y el rencor
No cuentan en esta lista,
Queda una franja sobrante
Con pulcritud corrediza,
Para seguir colocando
Lo que la vida me dicta,
Ya pesar de tantas cosas
No pesan, ni debilitan.
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