Este diamante princesa de mis encantos, Es pa` decirte en mi canto Lo mucho que yo te quiero, Dos luceritos son tus ojitos mi vida, Que como estrellas que brillan Iluminan mi sendero, La cascada de tu pelo, Mi amor, mi cielo Tus labios de caramelo, Tu marcada cinturita, Curvas que imitan a mi cuatro parrandero, Ponen a mi Corazón Como un potranco cerrero, En mi pecho de llanero, Tengo un estero de cariño para darte, No quisiera preocuparte, Pero extrañarte se me vuelve un desespero, Porque al no tenerte cerca poquito a poco me muero. Como recuerdo aquella tarde de toros, Que parecías un tesoro En la manga de mi pueblo, En el primer turno saque el toro de puerta, Frente a tu palco mi reina Dios filo e lomo en el suelo, Mi caballo verso a verso, Rucio canelo fue cómplice de aquel día, Que tu boca con la mía Con armonía en un beso se fundieron, Testigo el atardecer en aquel cielo llanero, Marchamos en mi montura, Y en tu cintura entrelazados mis dedos, Recuerdo bien que lucias Con picardia muy bonito mi sombrero, Como negarte mi reina Que desde ese día te quiero. Eres mi vida mi sol lleno de ilusiones Motivo de inspiraciones En mi humilde cancionero, Era cerrero el potro de mi querer Pero tu linda mujer le pusiste los aperos, Mansito y pasitrotero Salio ligero al encuentro de su amada Que eres tu reina dorada Flor encantada del jardín de mis anhelos, Quien le dio rienda en mi pecho A este amor puro y sincero. Aquí estoy para quererte, Y complacerte por los años venideros, El mas perfecto binomio que se haya visto En el llano y sus linderos Tu mi respetable dama Y yo tu fiel caballero. Andrea Sierralta.
Nuestro amor en un diamante – Miguel Diaz
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