Amor querido me voy para los esteros, ay los estero agua abajo y por la orilla
en mi bongo sin palanca con una vela sin brisa,
al anochecer sin luna sobre el paisaje sin líneas
ante el azar sin apuestas de tu adiós sin despedida,
cantándole sin reposo a mi guitarra sin prima
a tus ojos sin tristezas, ay sin tristezas mi canción sin alegría,
ojos color del ensueño de la resaca azulita.
Pulsando con el reflejo, con el reflejo bordones de agua dormida
dejos de cuatro doliente la palma sola suspira,
un hilo de alas yéndose angustia las lejanías
por los rumbos del te quiero, paso de la huella íngrima,
sabana del nunca llegas, cunas del quizás me olvidas
arenales y arenales se me encerraron la picas,
esta ausencia sin distancia, ay sin distancia en la canción se me abisma
Ojos color de los pozos de la resaca azulita.
Allá viene la amargura, ay la amargura por un callejón de dichas
más en ti se me perfuman las penas y la alegrías cariño lindo las penas y las alegrías,
porque aquel cantar amargo puro anhelo y pura espina
te lo guardaste en el seno, nidal de las cosas intimas,
donde tu fe se arremansa y tus querencias palpitan
y por eso bajo el éxtasis de las tardes pensativas,
a rociarse en ti los sueños en ti los sueños se van mis cantas marchitas
Ojos color de los sueños de la resaca azulita.
Ojalá hubiera cien llanos, ay cien llanos entre tu vida y la mía
y cien Apures cruzando por la sabana infinita, cariño mio por la sabana infinita,
ni un potro para la ruta, ni una canoa en la orilla
ni un gallo en la media noche, ni un toldo en el mediodía,
ni un cocuyo en las tinieblas, ni un retoño en las ceniza.
Entonces todo salvándolo, sereno te buscaría.
pero esta ausencia sin lejos es para mi trocha valla, para mis angustias , pica
Y en el playón solitario, ay solitario donde el cantar se me abisma,
no me atrevo ni a soñar, no me atrevo ni a soñar el cielo de tus pupilas
Pupilas color del alma de la resaca azulita.
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