Llevo en mis venas, sangre de Apure y de Arauca,
Y en mi garganta un trinar de paraulata,
Y soy llanera, criollita como la palma,
Me gusta el canto con cuatro, arpa y marcas,
Camino sobre espinito, cuando no cargo alpargatas,
Disfrutando de su cielo, y sus bandadas de garzas.
Como la bora que adornando los esteros,
Le dan matices hermosos a mi llanura,
Así la musa, le da sentido a mi vida,
Siento en mi pecho y mi corazón palpita,
Recordando las bellezas, de la flor de campanita,
El bucare, sus gallitos, y mi llanura infinita.
Cruzar en bongo el sarare y el Arauca,
Donde mis manos inquietas acariciaban,
Las dulces aguas y sus espumas viajeras,
Que se paseaban jugando con sus corrientes,
Salpicándome la cara, para posarse en mi frente,
Que hacen que la poesía viviera siempre en mi mente.