Tristeza tiene la palma,
Tristeza tiene el camino
Tristeza tengo en el alma,
¡Ay corazón! que será de mi destino,
Aún recuerdo la laguna
Y aquel viernes decembrino
Cuando sin razón alguna,
La muy ingrata se marchó por donde vino.
Allí comenzó mi penumbra,
Como cualquier peregrino
Tratando de ahogar mi dolor
Entre las copas de vino.
Yo sé que voy a lograrlo
Con el favor de mi diosito divino,
Es que tengo que librarme
De un sentimiento perverso, malicioso y asesino.
Tristeza tiene la copla,
Tristeza tiene la lejanía,
Y hasta el viento cuando sopla
Tiene tristeza y mucha melancolía,
Cuando a solas te recuerdo
Con esta pasión tan mía,
Hasta los labios me muerdo,
Cariño santo, pensando en tu compañía,
Si me aprietan las ganas de verte,
Entre mis brazos rendía
Probando el manjar de tu amor,
En mis noches de ardentía.
Pero despierto y me asombra
El contemplar mi alcoba triste y vacía,
Es allí cuando comprendo que la vida
Es una sombra de ilusión y fantasía.