I
Pa’ lante potro que ya falta poquito
se divisan las luces del poblao
de bastimento nos queda un cuarto e’ litro
y aquí en mi pecho el corazón golpiao
ya revente las cuerdas que me ataban,
atrás quedo mi rancho alborotao
con una víbora escupiendo improperios
y retorciéndose cual caimán arponiao
que de no haberme venido no sé lo que habría pasao
uno puede controlarse y sabe morir callao,
pero ella es una persona con el odio acumulao
que si uno no se le avispa lo pone a pedir cacao,
mejor me llego hasta el pueblo ya tengo todo pensao
me busco alguna cantina donde me despachen fiao,
mientras llega mi compadre vendo un puñito e ganao
y mientras las aguas bajan permanezco emparrandao.
II
Cinco y cuarenta ya el día viene asomando
de los gallos no te si habían cantao,
solo el lamento de una vieja rockola
toda la noche se escucho en el poblao
viene una garza surcando el horizonte,
se resiente mi pecho enguayabao
tristes recuerdos me inundan la memoria
y decido seguir emparrandao,
voy a volver a mi rancho después que se haya calmao
si veo que todo está igual me regreso pal poblao,
que no piense mi mujer que tiene burro amarrao
tengo que meter presión sino soy hombre acabao,
este bendito despecho bien duro que me ha pegao
pero voy a eliminarlo ya lo tengo sentenciao,
con aguardiente parejo aunque me caiga rascao
pero cuando me levante seré un hombre liberao.