Recordando una mañana
Me desperté pensativo,
Yo estaba como soñando
En algo muy conocido,
Era una linda mujer
De un aspecto distinguido,
De unos ojitos negritos
Y un mirar entristecido,
Parecen dos luceritos
Por este mundo perdidos,
Su sonrisa ensoñadora
Como un rosal florecido,
De un cuerpo muy elegante
Y de un trato muy sencillo,
De tarde voy a mirarle
En mi caballo amarillo,
Después de charlar con ella
Cariñoso me despido,
Sintiendo en mi corazón
Algo que no había sentido.
Era una linda mañana,
Cuando se pierde el rocío,
Desaparece la aurora,
Brota el sol enrojecido,
Claro que, desde pequeño,
Éramos buenos amigos,
Pero el amor puro y tierno
Se cruzó en nuestros caminos,
El sol que nos alumbraba,
Era nuestro fiel testigo,
Pedir permiso a sus padres,
A ella le había prometido
Para hacerle la visita,
Los sábados y domingos,
Pasaron, meses y años,
Y nuestro cariño el mismo
Hasta que llegue la hora
De ser esposa y marido,
Y así formar un hogar,
De un amor correspondido.
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