Fue en unos toros coleados
que te vi por vez primera,
lucías camisa de cuadros
blue jeans y botas vaqueras.
Y cuando el viento atrevido
despeinó tu cabellera,
y sentí deseos de morder
tu boquita roja y tierna.
Sueltan un toro encerao
vuelta e` campana aplausos y polvareda,
solo llamó mi atención
tu figurita montada en la talanquera.
Después de algunas semanas
que volví a la coleadera,
sentí que allí te encontrabas
te busque por donde quiera.
Me dedique a ver los toros
y eran toros de primera,
para el grande Omar Gamarra
y Don Jesús Aguilera.
Primo Víctor Felizolano se me raje,
que usted tiene sangre buena
los tres son un gran orgullo
indiscutible pa’ la gente Guariqueña.
Hablando: «Vaya este homenaje también a tres animales dignos de recordar en el deporte de colear en Venezuela: Canilla, el Rifle y Calabocito…que en paz descansen”
En otra tarde de toros,
de campeonato y leyenda
la manga estaba vestida,
de lirio blanco y cayena.
Desfilaron los jazmines
clavelito y azucena,
pero tu mi flor de mayo
seguías siendo la más bella.
El sol se ocultó en silencio
dándole paso,
a una hermosa luna llena
y yo pensando en tu amor,
muchacha linda,
me perdí con las estrellas.
Muchachita buenamoza
me tienes el alma en pena,
por ti daría cualquier cosa
corazón si me quisieras.
Me volvería coleador
dejaría la cantadera,
y para ti prenda querida
sería mi mejor faena.
Que abran la puerta del coso
que a ese toro le pararé la carrera,
tu me recompensarás mujer bonita
con un besito en la bemba.