Letra de El eterno florentino
I
Vestidos de soledad
vestidos de soledad,
vuelan tristes los garceros
por la enlutada llanura,
un concierto de silencios
se pierde por la lejura,
el arpa no agarra tono
el arpa no agarra tono,
las maracas están mudas
y el arpista de mi tierra,
y el arpista de mi tierra
toca un son en la amargura.
Se le fue su compañero
viejos tiempos de Arichuna,
viejos de tiempos de Arichuna
cuando el verso en el Apure,
era la flor de la espuma
era la flor de la espuma,
por eso el cuatro no quiere
las maracas están mudas,
las maracas están mudas
y el arpista de mi tierra,
toca un son en la amargura.
Sólo quedaron los pasos
de aquel caballo trotero,
y en el espejo del alma
son espinos los recuerdos,
porque hiere a cada instante
la lejanía de tu verso,
qué tristes están los palmares
si tú los vieras Romero,
hay un manto de tristeza
sobre el cajón apureño.
Arichuna como llora
Guasdualito llano adentro,
¿por qué te fuiste Maestro?. (BIS)
II
No niego que me dolió
no niego que me dolió
cuando supe de tu muerte
Maestro José Romero
y como yo todo el llano
la canta cuando es de adentro
pues tú siempre la adornaste
pues tú siempre la adornaste
con el pincel de lo bello
tan solo como tú mismo
tan solo como tú mismo
pa cantar con sentimiento.
Prometí seguir la trocha
que dejaste cabestrero,
que dejaste cabestrero
cantare de sur a norte,
este, oeste y sus linderos
este, oeste y sus linderos,
y llevaré la alegría
por todito el mundo entero
por todito el mundo entero,
y volverán los parrandos
de los tiempos que se fueron.
Y en mi voz escucharán
gabancito arichunero,
reverdecer serenatas
copla por todos los pueblos
y puedes estar tranquilo,
que no fue en vano tu esfuerzo
yo no dejaré que muera,
el canto de los llaneros
lArichuna como llora,
Guasdualito llano adentro
¿por qué te fuiste Maestro?. (BIS)
Aunque te fuiste Maestro
nos dejaste tu cantar,
serás Florentino eterno
que Dios te tenga en su reino,
y que descanses en paz
Vírgen de la Coromoto,
Vírgen de Chiquinquirá
Sagrada Vírgen del Valle,
Santa Vírgen del Pilar
Niño de Atoche Bendito,
Santísima Trinidad.
Escucha El eterno florentino – Argenis Sanchez
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