La hija catira – Damaso Figueredo

Letra de La hija catira

Creí que era descendencia
De abuelo tatarabuelo,
Bisabuelo en mi familia,
44 muchachos he engendrado en esta vida
Ellos son negros toditos
¿Porque nació una catira?.

Me llamaron para el cuarto
Muy cariñositamente,
El día que nació mi niña
La madre me dijo rápido
«amor no tengas espina,
De dos negros vino tinto
Sale la persona albina».

Me callo un nervio en el cuerpo
Que me suspendían pa´riba.

Y maravillosamente mi muchachita
Tan linda, la boquita rosadita,
La naricita bien fina, los ojos
Verde cogollos, las pestañas amarillas y el pelo le relumbraba como una libra esterlina.

El hombre en su trayectoria,
Tiene mucha retentiva.

Y recordando la vez que llegue de una cantina
Caminando poco a poco calladito y en puntilla,
Mí mujer estaba hablando con un musiu en la cocina
Según tanto lo que hablaron que le dolían las «agmirdolas».

Pero como no soy brujo no se a que se refería
Tampoco lo que el me diga,
Hay no puede pararse persona desconocida
La mujer en su fogón es para hacer la comida.

En lo que me aclare el pecho el musiu brinco la puerta alto como una sardina,
Diciéndome «oiga paisano yo vendo ropa bien fina»,
Pero levaba en las manos la pechuga de una gallina.

Al momento provocaba era agarrar la peinilla
Pero para uno el hombre creo que esa no es la consigna,
Mejor colgué mi chinchorro y me acosté boca arriba,
Sintiéndome entre las venas como picadas de hormigas y ella colando el guarapo riéndose alegra y tranquila.

Ella colando el café riéndose de maravilla
Cuando me trajo el guarapo,
Llegue y se lo zumbe encima
Las gotas de agua caliente le chispearon la barriga,
Quedándole una marquita del sobaco a la costilla
Para que no me consienta persona mala entendida.

Ese otro día en la mañana antes de las 6: 30
Ya yo estaba en una clínica,
Para quitarme el dolor de un peso que tengo encima,
Tengo que consultarle esto a un doctor de medicina.

Hable con el cirujano «sáqueme usted de esta duda, una cosa positiva»,
Examíneme mi sangre junto con las de esta niña que estoy más cabezón que un mono comiendo alguilla.

Me dijo eso es peligroso
Porque puede haber rencilla,
Pero sin embargo tengo la persona que confirma
Llamo 4 policías, paro uno en cada esquina,
La sangre de la niñita la echo en una cucharilla
Y la mía como era más vieja en una palanganilla.

Agarro los «engredientes»
Y se metió entre su oficina,
Riéndose con su enfermera
Como que le hacían cosquilla,
Escuhe cuando dijeron
«a este le va a dar fatiga,
La sangre de esa muchacha con este hombre no combina»
Es igual cuando se ajunta guarapo de miel con patilla.

Le volví a decir doctor déme la razón ligero
Estoy como el que tiene nigua,
Paseándome en esta sala ya ni me siento en la silla,
Y un tarugo en la garganta como atorao con harina.

Me dijo espere señor
Usted es un hombre mayor deje su vida tranquila,
Esas cosas que suceden dependen de las semillas,
Y el que peca por su culpa el infierno lo castiga.

Voy a decirle una cosa no crea que es mentira
Reacuerdo a mi profesión la misión esta cumplida,
Ella es hija de un musiu no se usted que decida,
La sangre de esta criatura huele mucho a bioglobina la tulla es negra y amarga y hiede mucho a creolina.

La muchachita llorando con su mama resentida le dijo eso es malo madre no hagas cosas escondida yo quiero a mi papa negro así de el yo no sea hija, a ese musiu no quisiera ni mirarle una canilla en 14 años que tengo no,
Le agradezco una chiva.

Escucha La hija catira – Damaso Figueredo

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