Había un muchacho seducido por las fuerzas del amor
cuando una niña dulce y bella le entregó su corazón,
fueron creciendo y comprendieron cuan grande era su pasión,
un día el amor los convenciera de aprovechar la ocasión,
pasaron algunos días y todo, todo cambió
un presentimiento aquella mujer invadió,
pues dentro tendría el producto de su amor
el novio le dijo tienes que ver al doctor,
no quiero ser padre es la única solución,
y una noche en sus entrañas soñando escuchó una voz
ella pensó en ignorarla escucharla era mejor,
lo cierto es que allí tendría a ese ser que se engendró
que apreciaba ya la vida y a su madre le imploró:
Déjame nacer para continuar yo quiero vivir como los demás,
déjame nacer por favor mama déjame nacer o me mataras.
Y aquel que seguía pidiendo justicia y también piedad
tenia consigo la esperanza de encontrar la salvedad,
y la angustiada y pobre madre si así se le puede llamar
sentía el clamor de una plegaria en su vientre maternal,
hazlo por tu santa madre que a ti si te sabe amar,
se bien que si muero no importa a la sociedad
pero ante el ser supremo es una barbaridad,
también pido y rezo por los que en la misma están,
yo no soy el único que tal vez morirá
y la voz de su conciencia fue más fuerte que su mal,
ella pensó en su criatura que inocente iba a pagar
familia novio y amigos comprendieron su pensar,
y ahora en vez de un lamento se escuchaba ya el soñar:
Ya no moriré pronto me verán tu alegría seré cada despertar,
le agradeceré a dios su bondad y por no morir doy gracias mama.