En el vasto paisaje de la música llanera, Jesús Daniel Quintero emerge con una pieza que captura la esencia criolla con humor, picardía y un ritmo contagioso: “Un Guayabo de a Caballo”. Esta canción no es solo un canto a la tradición, sino un relato vivo donde el ingenio y la sabiduría popular se entrelazan.
Con letras como “No se monte en mi caballo porque se puede caer / Lo va a revolcar el terreno”, Daniel Quintero pinta una escena llena de ironía y consejos campesinos, advirtiendo sobre los peligros de lo ajeno y las consecuencias de la imprudencia.
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